viernes, 9 de mayo de 2014

Marvel Héroes. El Poderoso Thor de Walter Simonson, Volumen 1

Leído entre abril y mayo de 2014. Existe práctica unanimidad entre la comunidad de lectores, aficionados y especialistas en el mundo Marvel en considerar la etapa de Walter Simonson como una de las mejores, si no la mejor, de la vida editorial de Thor. No soy un experto en la totalidad de las vicisitudes del personaje, pero no pienso poner ese consenso en duda, puesto que el conjunto de historias que se reúnen en este tomo de la colección Marvel Héroes de Panini, primero de los dos dedicados al Thor de Walter Simonson, es exactamente el tipo de material que yo usaría como ejemplo de excelencia en el uso del lenguaje del cómic en el contexto de la cultura popular masiva. Por resumir en seis palabras: una obra maestra del cómic mainstream.
De las virtudes de Simonson como dibujante y guionista no tiene demasiado sentido escribir aquí, porque están suficientemente consignadas en los papeles y diseminadas por todo Internet. Sobre la edición tampoco vale la pena extenderse mucho: se trata de un producto editorial magnífico desde cualquier punto de vista, como todos los de la colección Marvel Héroes. Hay que destacar, eso sí, un detalle técnico y artístico nada menor: el completo recoloreado (remasterización, lo llaman) por parte de Steve Oliff. Este aspecto hace que la edición haya podido perder (un poco de) rigor histórico, pero creo que eso se compensa con lo (mucho) que ha ganado en posibilidades de disfrute y "enganche" para el lector actual.
Los grandes tebeos que se recogen en este volumen tienen todo lo que se puede esperar de El Poderoso Thor: épica, seres quasi divinos, personajes extraordinarios como Bill Rayos Beta, Malekith, Lorelei, y Balder… y sobre todo, un montón de escenas en todas esas maravillosas localizaciones tan propias del Universo Marvel: desde dimensiones extrañas a las que se accede cruzando indómitos portales o lugares fabulosos como los páramos y desiertos de Asgard, hasta las callejuelas, avenidas y apartamentos de Nueva York. En estos últimos espacios Simonson muestra su lado más risueño y socarrón, así como sus grandes dotes para el suspense: pienso, por ejemplo, en el prodigioso número 345 (enero de 1984), en el que se suceden frenéticamente escenarios y puntos de vista en un relato enrevesado y gozoso.

(Paréntesis final: Quizá sea el momento de aclarar que las entradas de este blog no pretenden ser crítica de cómic, sino notas de lectura impresionistas y, por qué no decirlo, improvisadas).

6 comentarios:

  1. Justamente un hamijo me regaló hace poco todos los tomos de esta etapa de Thor en su edición de Forum (o sea, con los colores originales). Nunca he tenido demasiada querencia por el personaje, pero tras leerte acaban de subir bastantes posiciones en mi cola de lectura. :)

    ResponderEliminar
  2. Oh, Chema, gracias por comentar. Léete esos tomos porque son canela :)

    ResponderEliminar
  3. Leer este tebeo es darnos cuenta d ela maravillosa fuerza que puede tener el género, si se comprende y si se hace con amor y pasión, ¿eh?

    ResponderEliminar
  4. Sí, Octavio. Justo eso. Gracias por dejar ese comentario que en una sola frase dice todo lo que yo quería decir… pero mejor.

    ResponderEliminar
  5. Ja tenia clar que el volia... i ara què? Mira l'hora que és, i jo llegint això i demà cap al Saló? La ruina, la ruina!

    ResponderEliminar