sábado, 25 de marzo de 2017

Harrow County 1. Innumerables seres

Leído en marzo de 2017. Solo después de haber visto en las tiendas el segundo volumen de Harrow County emprendo la lectura del primero. Supongo que lo hago así porque albergo la esperanza de que mi primer contacto con la serie me guste tanto que un solo volumen me sepa a poco y tenga que echar mano de la continuación inmediatamente.
(Digresión: se habla mucho del binge watching de series de televisión pero casi nadie habla del binge reading de cómic, algo que los aficionados a los tebeos sabemos muy bien qué es). 
Pues bien, al acabar de leer el primer volumen de la serie no he sentido la necesidad urgente de leer el segundo, pero desde luego, he decidido que mejor no tardar mucho en hacerlo. Porque quiero saber más de Emmy y de su historia de terror rural con criaturas extrañas ocultas en el bosque, espectros flamígeros y hechicería, que en el fondo es, como casi todas los relatos protagonizados por brujas —un ejemplo es la rigurosamente coetánea The Witch (Roger Eggers, 2015)—, la historia de una mujer que recorre el camino de la alienación a la emancipación. Y si bien esa historia se desliza por pasajes ya bien consignados en los anales del género, lo hace de un modo muy sugerente. En primer lugar, por el enfoque nada acartonado que Cullen Bunn le da al gótico rural; en segundo lugar, por el muy apreciable trabajo de Tyler Crook que, a partir de una puesta en página funcional y al servicio de una forma narrativa muy clásica, alcanza grandes cotas de expresividad con un notabilísimo uso de la acuarela. Porque Crook nos lleva como quiere de la luz de la granja y el campo a la escalofriante oscuridad —matizada por una gama de colores fantastique— de un bosque habitado por criaturas inconcebibles.
(Digresión 2: Aunque no tienen nada que ver una cosa con otra en aspectos narrativos y estéticos, las escenas del bosque de Harrow County me han evocado el título de un giallo de 1972 de Sergio Martino bastante apreciado por los connaisseurs del género: Tutti i colori del buio. Todos los colores de la oscuridad: hasta ese punto me parecen sugerentes el trabajo, y la paleta de colores, de Tyler Crook).

jueves, 2 de marzo de 2017

James Bond 1 - VARGR

Leído en febrero de 2017. No es habitual ver portadas de cómic en las que el nombre del guionista aparezca a un tamaño notablemente mayor que el del dibujante, pero parece que Warren Ellis se ha ganado ese privilegio. 
De hecho, parece que incluso se ha ganado el derecho de que su nombre ocupe más espacio que el del autor a que debemos la existencia del legendario personaje de James Bond. 
Nada que objetar a esa cuestión de tamaño, pero uno esperaría algo más de un escritor que goza de ese privilegio. Concretamente, esperaría algo más que una idea fuerte —una droga que se convierte en otra cosa— y un recurso resultón explotado con avidez a lo largo de la obra. A saber: el contraste entre breves escenas dialogadas que van ofreciendo píldoras del argumento y secuencias de enfrentamientos violentos (con resultado invariablemente letal) en las que la acción se dilata y detiene en el detalle de la violencia. 
Decepcionante esta nueva encarnación del personaje de Ian Fleming desarrollada por Dynamite, una editorial que, más allá de albergar un puñado de cabeceras muy interesantes, resulta especialmente entrañable por contar con la política de franquicias más desconcertante en el panorama actual del cómic estadounidense.