miércoles, 28 de marzo de 2018

Ciudad

(Re)leído en marzo de 2018. Por fin saco del estante dedicado a Giménez en mi biblioteca esta reedición de 2015 de Astiberri de uno de los clásicos de la etapa central de Juan Giménez —en este caso de 1991— y lo releo tras haberlo considerado durante mucho tiempo una de las obras fundamentales del argentino. Ya no estamos en los ochenta o a principios de los noventa, y el lector actual, resabiado y habituado a complejidades sin cuento en muchos ámbitos de la cultura pop, quizá considerará la propuesta narrativa de Ciudad algo ingenua y limitada en su alcance. Pero hay otro modo de verla, que es huir de lo retrospectivo y «leerla» en su contexto temporal. En 1991 no habíamos leído con fruición las aparatosas estructuras metalingüísticas de Grant Morrison —o habíamos leído muy pocas— y no habíamos visto películas como Cube ni series como Perdidos. Así que sugiero que interpretemos Ciudad como lo que es: como una serie de ejercicios de estilo a propósito del género fantástico y del propio arte de contar historias. Solo de ese modo puede entenderse que algunos de los diálogos escritos por Ricardo Barreiro suenen poco naturales y excesivamente literarios y que aun así sean coherentes y necesarios, o que muchas de las situaciones que se dan en la historia tengan poco sentido desde una lógica causal y solo lo tengan desde la lógica interna del ejercicio de estilo. Y, si nos queremos situar fuera de los márgenes de cualquier consideración «interpretativa», quedémonos con lo verdaderamente espectacular y excelente de la obra: el virtuosismo de Juan Giménez como narrador en imágenes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario